¿Debo lavarme el pelo con agua fría?
Cuando llega el día de lavarse el pelo, probablemente tengas una lista de comprobación (ya sea literal o mental): champú, acondicionador, mascarilla hidratante, protector térmico, etc. Una cosa que probablemente no esté en esa lista es el agua.
El agua es el héroe olvidado del lavado del cabello: no puedes hacer el trabajo sin ella, pero es tan crucial que probablemente ni siquiera pienses en ella como un componente del día de lavado. Sin embargo, resulta que la temperatura y la calidad del agua desempeñan un papel muy importante en la salud del cabello y el cuero cabelludo.
Para saber más sobre cómo el agua caliente puede hacer que tu cabello crezca o quebradizo, hemos consultado a los dermatólogos Dendy Engelman, MD, FACMS, FAAD, Alexis Granite, MD, y Hasan Benar. Sigue leyendo para saber más sobre cómo el agua caliente, fría y templada puede afectar a la salud de tu cabello.
Lavarse el pelo con agua caliente tiene sus ventajas; por ejemplo, las temperaturas más altas abren los poros, lo que ayuda a que el champú y otros productos penetren en el cuero cabelludo. “Lavarse el pelo con agua caliente puede ayudar a eliminar la suciedad, la mugre, el producto y el aceite de forma más eficaz que con agua fría”, afirma Granite.
¿Se puede lavar la cabeza con agua fría?
El agua fría para el cabello garantiza que el cuero cabelludo permanezca limpio durante más tiempo, ya que cierra los poros y lo hace menos vulnerable a la grasa, el aceite y la suciedad. El agua fría controla la rotura, el encrespamiento y los molestos cabellos sueltos, lo que es importante para quienes tienen el pelo rizado o fino. El agua fría mejora la circulación sanguínea.
¿El agua fría puede dañar el cabello?
Los inconvenientes de lavarse el pelo con agua fría
Lavarse el pelo con agua fría puede ayudar a conservar el color, retener la humedad y controlar la rotura, pero no todo son buenas noticias. El agua fría puede hacer que tu pelo pierda volumen y te dé un aspecto de cabello fino.
¿Es mejor lavarse el pelo con agua fría o caliente?
Aunque damos mucha importancia a elegir los productos de cuidado capilar adecuados para que nuestro pelo esté bonito y brillante, apenas prestamos atención al tipo de agua con el que nos lavamos el pelo. Siempre es aconsejable utilizar agua blanda y libre de minerales para lavar el cabello, ya que el agua dura o salobre con alto contenido mineral puede provocar acumulaciones en el cuero cabelludo y en las hebras del cabello, lo que puede dañarlo y provocar su caída. Del mismo modo, la temperatura del agua que utilizas para aclarar el pelo también importa mucho. Utilizar la temperatura adecuada para el cabello puede ser realmente beneficioso. Muchas personas tienen diferentes puntos de vista y opiniones, algunos expertos sugieren utilizar agua fría y otros aconsejan aclarar con agua caliente. Averigüemos si es mejor lavarse el pelo con agua fría o caliente.
1. El único inconveniente de lavarse el pelo con agua fría es que puede reducir el volumen del cabello. Esto puede preocupar a las chicas con el pelo fino. El agua fría puede hacer que tu pelo brille y no se encrespe porque ayuda a cerrar las cutículas capilares. Las cutículas abiertas son buenas sólo mientras se lava el cabello con champú o acondicionador, pero después de lavar el cabello con champú y acondicionador, es necesario sellar la cutícula para que las hebras de cabello estén a salvo de los factores ambientales y la contaminación, y no se dañen fácilmente. Si utilizas agua fría para el aclarado final, lo más probable es que consigas un cabello sano y sin encrespamiento.
Caída del cabello en agua fría
Todos sabemos que debemos elegir los productos adecuados para nuestro cabello. Pero, ¿sabías que la temperatura del agua también desempeña un papel importante en el mantenimiento de la salud de tu cabello? Siga leyendo para saber por qué.
El champú no es lo único que importa cuando nos lavamos el pelo. Trabajamos para tratar nuestro cabello de la mejor manera posible, aunque podemos pasar por alto algunas formas sutiles de cuidarlo. Por ejemplo, no siempre pensamos en cómo la temperatura del agua puede influir en nuestro cabello, pero sí puede hacerlo al menos de varias maneras. Piensa en cómo la temperatura puede marcar la diferencia para que descubras qué te funciona mejor la próxima vez que te laves el pelo.
Últimamente se habla mucho del agua fría como posible remedio milagroso para el cabello. Lavarse el pelo con agua fría puede mejorar la circulación, la fuerza, el brillo e incluso el crecimiento del cabello. Algunas de estas afirmaciones son controvertidas y ponen en duda hasta qué punto el agua fría puede ayudar. La verdad es que el agua fría probablemente no haga milagros, pero puede tener algunos beneficios.
Enjuagarse el pelo con agua fría, ¿ayuda a que crezca?
La forma de ducharse es una elección bastante personal. A algunas personas les apetece una ducha caliente por la mañana, mientras que a otras les encanta un enjuague con agua tibia por la noche. El agua fría o caliente puede influir en el aspecto y el tacto del cuerpo, y el agua fría, en particular, ha acaparado la atención de las comunidades de bienestar en los últimos meses por sus beneficios curativos.
Así que es lógico que, al igual que el cuerpo, el cabello se vea afectado dependiendo de si se utiliza agua fría o caliente para el baño. La Dra. Gaby Longsworth, experta capilar certificada y doctora científica, explica: “No hay pruebas ni datos científicos que demuestren que el agua fría mejore la salud del cabello. Dicho esto, utilizar agua caliente para lavarse el pelo disuelve y elimina el sebo protector, lo que no es bueno ni para el cuero cabelludo ni para el cabello. Así que, en ese sentido, el agua fría es mejor para la salud del cuero cabelludo y del cabello que el agua caliente”.
Eso no quiere decir que debas renunciar por completo a esa deliciosa ducha caliente en un frío día de invierno. Pero un exceso de agua caliente, como explica Longsworth, puede crear problemas. Lavar a altas temperaturas puede despojar al cabello y al cuero cabelludo de sus aceites naturales, dañar las cutículas capilares y, potencialmente, provocar sequedad capilar. Además, despojar al cabello de sus aceites naturales puede volverlo demasiado poroso y provocar un pelo encrespado, frágil y propenso a la rotura.