Cómo limpiar la nariz de un bebé con un aspirador
Mantener limpias la cabeza y la cara de tu bebé es importante para su buena salud. La piel de los bebés es frágil y más sensible que la de los adultos, por lo que puede irritarse con facilidad. Puede costar un poco acostumbrarse a limpiarle las orejitas, los ojitos y la nariz, pero con la práctica ganarás confianza.
Un buen momento para limpiarle las orejas, los ojos y la nariz es justo antes del baño. Los recién nacidos no necesitan bañarse todos los días -con 2 ó 3 veces a la semana es suficiente-, así que otros días puedes lavarles sólo la cara y el culito. Es lo que se llama “bañar por arriba y por abajo”.
Algunos bebés se enfadan cuando les lavas la cara, así que elige un momento en el que estén relajados. Es mejor no lavarle la cara cuando tiene hambre o justo después de comer. Hablarle o cantarle mientras le lavas puede ayudar a calmarle.
Si vas a bañar a tu bebé, llena la bañera con agua tibia y reúne antes todo lo necesario. Asegúrate siempre de que el agua no esté a más de 37 o 38 °C. Si no tienes termómetro, utiliza el codo o la muñeca para comprobar que el agua no está demasiado caliente.
Cómo quitar los mocos duros de la nariz del bebé
Es normal que la nariz de un bebé se congestione (se tape) de vez en cuando. Cuando esto ocurra, puedes utilizar suero fisiológico nasal para diluir la mucosidad y luego succionarla con una jeringa de pera. La aspiración de la mucosidad nasal facilita la respiración, la succión y la alimentación. Hazlo antes de darle de comer, pero sólo si parece congestionado.
Lava la pera nasal con agua tibia y jabón después de cada uso. Vierte agua jabonosa en la pera y agítala para eliminar la mucosidad. A continuación, expulsa el agua. Repita este paso varias veces. Aclare la pera varias veces llenándola de agua limpia y expulsando el agua.
Cómo desatascar la nariz del bebé de forma natural
Es normal que la nariz de un bebé se congestione (se tape) de vez en cuando. Cuando esto ocurra, puedes utilizar suero fisiológico nasal para diluir la mucosidad y luego succionarla con una jeringa de pera. La aspiración de la mucosidad nasal facilita la respiración, la succión y la alimentación. Hazlo antes de darle de comer, pero sólo si parece congestionado.
Lava la pera nasal con agua tibia y jabón después de cada uso. Vierte agua jabonosa en la pera y agítala para eliminar la mucosidad. A continuación, expulsa el agua. Repita este paso varias veces. Aclare la pera varias veces llenándola de agua limpia y expulsando el agua.
Cómo limpiar la nariz del bebé
Desde los primeros meses y durante algunos años, los niños son especialmente sensibles a los ataques virales. Según la época en la que haya nacido, un bebé puede enfrentarse rápidamente a su primer resfriado. Para limitar la congestión nasal y evitar complicaciones, es fundamental limpiar a fondo la nariz del bebé. ¿Por qué es tan importante? ¿Cuáles son los movimientos correctos que hay que adoptar?
Al respirar por la nariz, el bebé aspira aire y pequeñas cantidades de impurezas relacionadas con la contaminación ambiental. Éstas se depositan en el interior de las fosas nasales y pueden formar una mucosidad a su vez propicia al desarrollo de gérmenes. Eliminarla regularmente es, por tanto, una simple cuestión de higiene que permite sobre todo limitar las irritaciones e inflamaciones nasales. Limpiar la nariz del bebé debe formar parte natural de su ritual de aseo diario.
Un bebé no sabe por sí solo sonarse la nariz. En efecto, la acción de sonarse por la nariz para eliminar las secreciones no está a su alcance antes de algunos meses o incluso algunos años.
